El sillón del Diablo

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El sillón del Diablo, conservado en el Palacio de Fabio Nelly de Valladolid.

La leyenda de el sillón del Diablo se remonta al año 1550, cuando se fundó la primera cátedra de anatomía humana de España en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, dirigida por Alonso Rodríguez de Guevara, quien llevó a cabo las primeras disecciones humanas en España gracias a un permiso real.

Esta leyenda afirma que, la persona que intente destruir el sillón en cuestión o se siente en él sin ser apto, morirá al cabo de tres días.

Leyenda

A la universidad de Valladolid asistió un joven de origen portugués y sefardí, llamado Andrés de Proaza, de 22 años de edad, con gran interés por la anatomía humana. La leyenda relata que en el año 1550 se denunció la desaparición de un niño de 9 años, mientras que los vecinos de la calle Esgueva de Valladolid declararon que desde el sótano de la casa del joven Andrés, cuyas traseras dan a la actual calle de la Solanilla, se oían gemidos, llantos y extraños ruidos. Se veía salir agua sanguinolenta a través del desagüe que teñía de rojo las aguas de uno de los ramales del río Esgueva.[1]​ Los vecinos alertaron a las autoridades de la ciudad. El hallazgo al abrir el sótano fue espeluznante: en una mesa de madera encontraron el cuerpo del niño desaparecido, despedazado tras haberle practicado en vida una autopsia. Además se hallaron cadáveres de perros y gatos en la misma postura que el cuerpo humano de la mesa.

Andrés confesó que tenía un pacto con el Diablo a través de una silla que estaba en su escritorio, en la que se sentaba a escribir sus terroríficas ideas y sus espantosas notas de nigromancia o autopsias que practicaba con los seres vivos que cazaba. Al sentarse en este sillón, el diablo le ofrecía toda la sabiduría del mundo en medicina y se comunicaba con él.

Al proceder a registrar los pisos superiores de su casa, se encontró la silla, fabricada con madera de nogal, con respaldo y reposo de cuero y color marrón.

Proaza fue condenado por la Inquisición a morir en la hoguera. Sus inmuebles, y con ellos el sillón, fueron subastados públicamente, pero nadie los adquirió debido a la fama de nigromante que acompañaba a su dueño. El sillón quedó en posesión de la Universidad de Valladolid.

Adaptaciones

La leyenda de Andrés de Proaza y su diabólico sillón ha servido de inspiración para varios relatos y novelas, siendo la última de ellas la novela de ficción de 2016 El sillón del diablo, del autor vallisoletano Víctor Manuel del Pozo.[2]​Esta novela mezcla hechos históricos y de la propia leyenda para construir el azaroso camino que llevará a Andrés de Proaza a cometer sus crímenes en nombre del maligno. A la vez, se adentra en el género de la novela negra, pues unos misteriosos crímenes en el Valladolid actual parecen reavivar la leyenda y romper la habitual calma de la capital castellana.

Incidentes que rodean la leyenda

El sillón pasó a manos de la Universidad de Medicina de Valladolid, donde con el paso de los años quedó olvidado a su suerte, hasta que un bedel (alrededor del siglo XIX) lo encontró y lo empezó a utilizar para sentarse entre descansos. El bedel en cuestión fallecería a los tres días por causas naturales, y su sustituto, que adquirió la misma costumbre de sentarse en el sillón, acabó corriendo la misma suerte.[3]

Fue entonces cuando la leyenda volvió a surgir con fuerza, por lo que la universidad decidió colgar la silla boca abajo del techo de la Capilla Universitaria. Estuvo allí hasta 1890, cuando finalmente pasó a manos del Museo Arqueológico de Valladolid, donde se encuentra hoy día con un recinto precintado.

Descripción del sillón

Se trata de una silla de brazos desmontables datada en la segunda mitad del siglo XVI, según la historiadora vallisoletana Eloísa García de Wattenberg. La leyenda que ha llegado hasta nuestros días relata que, aquel que se siente en la silla tres veces, una de dos, muere dos o tres días más tarde o adquiere todo el conocimiento del mundo.

Localización

Fachada del Palacio de Fabio Nelli.

Hasta el derribo del edificio histórico de la Universidad, el sillón se encontraba colgado patas arriba del techo de la capilla universitaria y a partir de entonces se trasladó al Museo Arqueológico de Valladolid. Con motivo del sexto centenario de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid formó parte de las piezas que se mostraron en una exposición conmemorativa en el Museo de la Universidad de Valladolid, cuando este museo estaba situado en el Palacio de Santa Cruz.

Referencias

  1. Hasta el siglo XIX el río Esgueva atravesaba la ciudad en dos ramales, uno de ellos discurría por esta calle, en las proximidades de la Iglesia de Santa María La Antigua.
  2. Víctor Manuel del Pozo (2016). El sillón del diablo, Glyphos. ISBN 978-84945386-0-5.
  3. Martín, Cynthia (27 de diciembre de 2023). «El sillón maldito de Valladolid». Traveler. Consultado el 6 de septiembre de 2024. 

Bibliografía

  • Tradiciones universitarias (Historias y fantasías), de Saturnino Rivera Manescau (1948)

Enlaces externos

  • Rojo, Anastasio (2006). «El sillón del diablo». El Norte de Castilla. Archivado desde el original el 14 de septiembre de 2009. Consultado el 3 de enero de 2008. 
  • La maldición del sillón del diablo
  • El Sillón del Diablo que concede el saber o roba la vida


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